Review del Libro: Uncommon sense

Por Paulo De León.

Autores del Libro: Gary Becker y Richard Posner.

Lei a Gary Becker hace casi 20 años en documentos técnicos académicos de mi postgrado pero también lei el libro The Economics of Life. Un libro de mayor alcance en audiencia donde el Premio Nobel y microeconomista desarrolla como funcionan aspectos de la vida aplicando la lógica económica.

Al recordarme de lo bien que la pase leyendo decidi leer este que es la compilación de los escritos del Blog de ambos autores de la Universidad de Chicago (Posner es de la Law School). El libro presenta temáticas recientes coyunturales y construyen críticas y soluciones sobre dichas temáticas siempre manteniendo los principios económicos.

Los autores tienen razón en el título del libro. El «sentido común» muchas veces es equivocado, y las soluciones son «no comunes». El sentido común es el menos común de los sentidos dice al adagio.

Leer a Becker es empaparse de la intuición económica, mas bien microeconómica tan elemental para pensar correctamente. Correctamente es llegar a la conclusión de la lógica económica que se ha ido perdiendo por las corrientes «modernas» de pensamiento. Para una cosa tan sencilla como es por ejemplo, el mercado del crimen hoy se sobre analiza desde multiples puntos de vista. Para Becker es sencillo: aumentar las condenas dramáticamente sirven para aumentar el costo de oportunidad de cometer un crimen desicentivándolo hasta cierto punto.

El libro repasan temas sobre migración, racismo y sexismo (también hay temas de lógica económica), el problema del tráfico, el mercado de las universidades y las aceptaciones a estudiantes, la contaminación ambiental, las pruebas de aptitud, la cooperación internacional, microfinanzas, acciones de afirmative action, google y redes sociales, etc etc.

El libro es normativa sin lugar a dudas. Ya que no sólo analiza políticas económicas sino hace juicios de valor de ellas. La evidencia empírica es clave en la determinación de si una política sirve o no evidentemente. En un mundo plagado de buenas intenciones que llevan a «soluciones» de política, es necesario evaluarlas por sus resultados comprobados no por la intencionalidad de las mismas. El dinero y los presupuestos son escasos para estar mal gastándolos.

Pero no sólo es el resultado, es el diagnóstico inicial que debe estar correcto. Ya lo dijo también la premio nobel Esther Duflo cuando creo su Laboratorio de Pobreza, un poco contrariada por su sesgo académico previo. Me sorprendió que muchas de las soluciones de problemas sociales son soluciones de mercado.

Evidentemente los mercados no solucionan todo, pero es un buen punto de entrada para cualquier análisis. Algunos problemas se dan precisamente porque los mercados no están funcionando propiamente, distorsionados o con fallas. Solo una vez establecido el diagnóstico de falla se puede avanzar a una solución no de mercado sino regulatoria pero siempre buscando hacer que los mercados funcionen.

Muchas restricciones, medidas o regulaciones lejos de mejorar la situación la empeoran. Lectura recomendada para los jóvenes economistas para que agarren intuición económica. Algo que parece que se ha ido perdiendo debido a la carga ideológica de la actualidad.

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