Dominancia Fiscal

por Paulo De León, CABI

Artículo que salió en El Periodico en el Suplemento de Economía y negocios.

El concepto de dominancia fiscal en nuestra profesión de macroeconomía se produce cuando un desbalance fiscal domina y condiciona la otra política macro que es la monetaria. En ese sentido, cualquier esfuerzo de parte de un Banco Central pierden efectividad para tratar de domar la inflación, por ejemplo. Dicho de otra forma: un aumento de tasa de interés tiene menos impacto sobre la inflación. Por lo que, si se requiere bajar la inflación, la subida de tasas tiene que ser más fuerte o más larga en el tiempo. Esto ocurre cuando las cuentas fiscales de un país están metidas en un problema serio de déficit o de deuda pública o ambos.

Algo así está pasando ya en EEUU. El país más grande del mundo se ha metido en un problema fiscal nunca visto en su historia. He aquí una pequeña descripción de la situación fiscal. Primero, el nivel de endeudamiento como % del PIB se sitúa en su peor nivel en torno a 125%. Este nivel sigue creciendo año con año debido a un déficit estructural debido a la política expansiva fiscal en torno a 5-6% del PIB. De hecho, entre navidad y año nuevo pasado, el Congreso y el Senado de EEUU aprobó un paquete de estímulo fiscal adicional de US$ 1.7 trillones, de los cuales cerca de un 40% son de uso discrecional.

Segundo, EEUU debe un total de US$ 31 trillones de los cuales, US$ 17 trillones vencen en los próximos 3.5 años. Esa deuda no se pagará, sino se tendrá que hacer un rollover o renovación. Cuando se emitió fue con una tasa de 1.25% pero hoy las tasas están en torno a 4.25%. Es decir, el rollover con tasas más altas presionaran el presupuesto de EEUU cerca de 2.5% del PIB de déficit adicional. Disparando aún más el déficit estructural antes descrito. Para dentro de 3 años cuando se termine el rollover, el gasto en impuestos sobrepasará al rubro más grande del presupuesto que es el gasto militar (US$ 850 billones aproximadamente).

A diferencia de los años 70´s, la última década que se parece a la actual por diversas similitudes, la deuda de EEUU era de 40% del PIB. Hoy batallar contra la inflación subiendo más agresivamente las tasas de interés como lo hizo Paul Volcker equivaldría a mandar a la quiebra al Gobierno de EEUU. De tal manera, que hoy día el trade off para la Fed no es desempleo versus inflación, sino más bien solvencia del Estado versus Inflación. ¿Qué decidirá?

Si algo hemos aprendido en los últimos 2-3 años es que la Fed se ha politizado e incluso ideologizado. De hecho, Powell es Abogado y no economista. Se ha erosionado su credibilidad como institución técnica (los escándalos de front running con apuestas en la bolsa sabiendo las decisiones por parte de los miembros del FOMC también fue un golpe a la credibilidad), por lo que lograr una disminución de inflación ordenada sin recesión, es algo que prácticamente está descartado en la mayoría de prospectadores que ven la recesión como el escenario más probable en el 2023.   

Para resolver su problema fiscal, EEUU debe entrar en un ajuste fiscal draconiano vía aumento de impuestos, reducción de gasto o una mezcla de ambos. Mientras estén los Demócratas en el ejecutivo vemos poco probable que las políticas socialistas de gasto expansivo se reduzcan. Financiar el rollover y los déficits fiscales son un reto nunca visto en la historia de EEUU. De hecho, para los próximos 2-3 años el esfuerzo de levantamiento de dinero por parte del Tesoro es cercano al 50% del PIB entre rollovers de deuda y nuevo déficit fiscal. Las implicancias sobre el mercado de crédito, liquidez y tasas de esto se harán sentir en los próximos años en todo el mundo.

A diferencia de Japón, EEUU no es un exportador neto y tampoco tiene un nivel de ahorro de 30% del PIB como lo tienen los japoneses. De hecho, el ahorro en EEUU en el último trimestre reportado colapsa a tan sólo 3% del PIB. La situación es aún más complicada si se toma en cuenta el problema de las obligaciones no fondeadas como el seguro social que agotará su ahorro en los próximos 10 años, entre otras.

Queda una tercera forma para poder financiar al Gobierno, y es la impresión de dinero, con lo que ya sabemos que implica para el resto del mundo, a menos que Ud. sea de los ideologizados que creen que el Gobierno puede gastar ilimitadamente porque puede imprimir lo que quiera sin efectos secundarios. En este nuevo mundo, no descartamos que la locura llamada Modern Monetary Theory haya llegado hasta la misma Casa Blanca y otras instituciones del que por ahora sigue siendo el país más importante del mundo.

PS: Foto tomada de Financial Times

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