Represión, expropiación, erosión y degradación monetaria

por Paulo De León, CABI

Artículo que aparece en El Periódico. Pinche Aquí.

La irresponsabilidad de EE. UU. la pagamos todos, por ser la moneda más importante del mundo (por ahora).

El mundo ha girado completamente en los últimos seis meses de un escenario deflacionario que se inició a principios del siglo, pero se confirmó con el estallido de la burbuja subprime en el 2009, hacia uno donde la inflación se ha disparado y ha empezado su fuerza destructora sobre el poder adquisitivo de los ahorros e ingresos monetarios. 

Si bien la degradación monetaria (término en inglés es currency debassement) la inició Japón en 1989, la siguió Europa desde el 2012; fue hasta que la Reserva Federal en los últimos meses dispara la inyección monetaria que hace cambiar el escenario macro mundial. Este giro de 180 grados en la dirección del mundo se debe a que la impresión de billetes sin respaldo por parte de la Fed es de tal calibre que ha movido las expectativas de los mercados mundiales de deflación a inflación. 

Pero para lograr este giro fue necesario también una política expansionista como no se había visto en la primera economía del mundo, desde que estaba en la Casa Blanca FD Roosevelt. El gasto del Gobierno en este año 2021 y los paquetes futuros y presupuestos de los próximos años dan muestra de que Biden no pretende bajar el pie del acelerador al gasto público y al endeudamiento galopante. 

Los economistas de la Casa Blanca creen incluso que los bonos del Tesoro emitidos y comprados por la Fed no son en sí una deuda, ya que nunca se pagarán y pueden hacerlo ilimitadamente. La mezcla de una política expansiva fiscal y una monetaria ultrarrelajada está causando una tremenda represión financiera, además de la inflación que estamos viendo y que pagaremos todos en el mundo. La irresponsabilidad de EE. UU. la pagamos todos, por ser la moneda más importante del mundo (por ahora). 

El concepto de represión financiera se produce cuando las tasas de interés que se pagan a los ahorros son negativas en términos reales; es decir, ajustadas por inflación. Si usted invierte en EE. UU. su dinero en un certificado de depósito recibirá un rendimiento de 0.2 por ciento anual, pero enfrenta ya una inflación de 4.2 por ciento. Esta apuesta financiera es perdedora desde el punto de vista de poder adquisitivo. Si seguimos dos años así, que es como se espera en los mercados, la erosión de poder adquisitivo habrá sido de al menos 7 por ciento. 

La represión financiera se produce porque el Banco Central mantiene las tasas de interés artificialmente bajas tanto de corto como de largo plazo al distorsionar los mercados por la impresión de billete artificial. Las represiones financieras ocasionan corridas contra la moneda y busca praderas más prometedoras. Es una distorsión de incentivos que castiga al ahorrador y beneficia al deudor principal, que en este caso es el Estado. 

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